viernes

No te dejaré

Mayo 20
NO te dejaré


Y Elias le volvió a decir: Elíseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado a Jericó. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Vinieron, pues, a Jericó. 2 Reyes 2:4.



Hay momentos tristes en la vida. Y este era uno de esos. Había llegado la hora de la partida. Partir siempre es morir un poco. Pero, mientras vivas en este mundo, muchas veces tendrás que partir. No existen sueños realizados sin partir; no hay nuevos desafíos sin partir. Sin partir, te quedas. Siempre hay nuevas fronteras que conquistar: el cielo es azul e infinito, para los que creen en Jesús.


Para Elias, había llegado la hora de partir. Y dijo a su discípulo Elíseo: "Quédate aquí". ¿Quedarse? ¡Jamás! Quedarse no es morir un poco, es morir definitivamente. La respuesta del alumno fue inmediata: "No te dejaré". De cierta manera, encontramos aquí, a Elias, como un símbolo de Jesús. En cierta ocasión, el Señor también conminó a sus discípulos: "¿Queréis iros vosotros también?" La respuesta de Pedro, como la de Eliseo, no se dejó es­perar: "¿A quién iremos? Solo tú tienes palabras de vida eterna".


Seguir al Maestro no es siempre fácil. Muchas veces, es más cómodo de­jarlo partir; quedarse, acomodarse a la mediocridad, a la rutina y a la mono­tonía de las cosas tradicionales. Pero, para vivir una vida que valga la pena ser recordada, es necesario partir. No como un enajenado, sin saber adonde ir; no como un rebelde, para desperdiciar la vida sin un rumbo; no como una hoja de papel, que el viento lleva sin dirección. Sino en pos del Maestro, andando por donde él anduvo, viviendo su vida, siguiendo sus pasos, ha­ciendo sus obras.


La vida está constituida de decisiones. Todos los días, cada hora, siempre, tenemos que decidir qué haremos. ¿Te quedarás o partirás? De esas decisio­nes, dependerá tu futuo porque, un día, cuando llegues al final de la jornada en esta tierra, habrá llegado el momento de partir o quedarte. Quedarte sig­nificará morir eternamente; desaparecer en el polvo de las decisiones equi­vocadas. Pero, partir significará ir con Jesús, a quien no lo dejaste en esta tierra, por quien viviste, a quien dedicaste la vida.


Parte hoy, pero sigue al Maestro. Con él, la derrota se transforma en vic­toria, y hasta los fracasos son solo oportunidades de aprendizaje. Y recuerda: "Elias le volvió a decir: Eliseo, quédate aquí ahora, porque Jehová me ha enviado a Jericó. Y él dijo: Vive Jehová, y vive tu alma, que no te dejaré. Vi­nieron, pues, a Jericó".

0 comentarios:

Publicar un comentario